Ermita de San Vicente Mártir
El edificio se comenzó a construir en el mismo año de la elección del santo y de la redacción de las reglas de la cofradía, en 1425. La ermita originaria tenía tres naves con arcos transversales de estilo mudéjar, aspecto muy cambiado tras las continuas restauraciones. Las consecuencias derivadas del terremoto de Lisboa serán punto de partida para las actuaciones más importante sobre el edificio. En 1760 se colocaba un retablo con las imágenes del santo, acompañados por un altorrelieve de la Anunciación y de las imágenes de San Pedro, San Pablo, Santa Ana y San Joaquín, obra del sevillano Juan Félix de Torres. En 1787 de nuevo se restaura la fachada y el campanario y la casa del ermitaño. Y en 1793, ante el enorme deterioro de la imagen de san Vicente, Juan Bautista Patrone realiza una nueva talla.
Actualmente observamos un edificio de una sola nave de estilo mudéjar, con cubierta a dos aguas. En el exterior presenta cinco contrafuertes con ábside de planta cuadrada, pórtico a los pies y una espadaña con dos ojos. Presenta además una Sacristía y la casa del Ermitaño. En su interior se venera la imagen de San Vicente Mártir, talla de Agustín Sánchez Cid Agüero.